Carolina Rivas
 
 


 

I
Los amores de ellas

Para amarte mejor I

 

... "Esta soberana indecencia de no amar", leo torpemente en voz alta. "Estoy haciendo y deshaciendo nudos, he pasado toda la tarde en esto; las paredes se aprietan con la ausencia paulatina de la luz". ¿Qué será paulatina?, me pregunto. De cada diez palabras hay tres que no entiendo y levanto los ojos para preguntarte, pero vos no tenís idea tampoco, porque desde hace una página q' estay durmiendo y yo hago como que no atino, porque es con la voz mía que suena a mentira, con esas cosas raras que digo, que te vay yendo al sueño, muerto de lata ahí, al otro lado de la pieza.

... Pero voy a seguir Pedro. Porque vos fuiste el que me dijo que aprendiera a leer, que siquiera uno de los dos había de salir más avispáo, que las cosas andan difíciles, que por eso hay que saber leer y escribir, me dijiste bien serio y me asusté tanto al verte tan afligió, que inventé tiempo para ir a la escuela en las tardes, aquí estoy, Pedro, leyéndote, cansada hasta esta hora, aunque estís ahi, lejitos, ni mirándome siquiera y yo con el esfuerzo, y esta página que es tan difícil. ¿Qué será paulatina?

... "Abres los ojos y me llevas al fondo de la cama, apretándome fuerte hasta donde el amor no se escribe con letras".

... (Qué hacer ahora Pedro, ahora que he ido aprendiendo el valor de las vocales, la fuerza de los acentos, ahora que voy separando tu lenguaje elemental del mío enviciado de conceptos. Para qué me pediste que progresara, que avanzara en alejarme poco a poco de ti, que como siempre, escuchas semidormido mis lecturas en voz alta, aparentando entender todo lo que digo, sonriendo a veces, cuando te pregunto si captaste la intención del verso).

... Y tú me abrazas, haces que deje el libro, Pedro inconsecuente... vos Pedro me lo pediste y ahora te enojai... No, no quiero que me toques, ahora no, te digo, no veís que estoy estudiando, p' aprender que la vida no es así tan fácil negro. No veís que quiero estar sola, que esa manía tuya me hace mal, muy mal, que me cuestan tus olores después de saber que hay gente que huele distinto, a jazmín por ejemplo (jazmín se escribe así...) y que esta pieza tampoco me cabe, no entendís que estoy llorando, porque pasan los días y paulatinamente me voy yendo derecho a saber como se escriben otras palabras, lejos, muy lejos Pedro, como un punto aparte.



Para amarte mejor II

(puertas adentro)

 

... Se me ocurre que hoy Ud. me está mirando distinto, y no es que esté hilando fino, pero sus ojos están más pequeños que de costumbre. Sus dos navajitas de ojos me duelen y quisiera esconderme, como pillada en falta, debajo de la mesa o atravesar la ventana si pudiera.

... Detrás de sus anteojos brilla algo que no estaba ayer, ni hace un mes cuando llegué, es como una forma nueva de lenta disección, un color diferente de mirar. Yo trato de hacer lo mío como si nada,tengo cosas pendientes como recoger todo esto del suelo o poner la mesa por ejemplo, aunque preferiría que Ud. se alejara para poder trabajar tranquila que se me hace tarde, ¿no se da cuenta?

... Pero es inútil pensar en eso, Ud. está apernado a la alfombra, comiéndome con los ojos.

... Hablamos de cualquier cosa y las horas pasan y a mi no me cunde nada. Estoy tan torpe y tensa... ¿no le habrán dicho a Ud. que es mala educación mirar tanto rato a alguien? Yo no soy nadie para llamarle la atención, pero me tiene tan nerviosa que apenas si alcanzo a hilar una frase y me topo con su cara a medio sonreír. Entonces se me enredan las palabras en el cuello abotonado. Me quedo callada, como tonta.

... Ahora Ud. se ríe. Tiene entre los dedos una hoja de papel, la sacude en el aire y se ríe leyendo "me llevas hasta el fondo de la cama, donde el amor no se escribe con letras"... Su voz es fuerte... Y a mi se me resbala la copa de las manos. Quisiera romperme en esos mismos pedacitos y desmenuzarme sobre la alfombra como brillantina.

... Ud. sigue leyendo que ya no me gusta respirar al Pedro y se me acerca hasta mí susurrándome el final de mi hoja, papel maldito que quisiera arrugar hasta deshacerlo entre los dedos. Pero el cuerpo suyo está tan cerca, nada más que el aire y Ud, con olor a agua tibia, a jazmín, o la flor que sea. Me empieza a abrazar despacio, leyéndome entre líneas.

... Hay un calor fuerte que sube desde el suelo, más del que puedo resistir. Ud. me dice que entiende lo que siento, ¡qué va a saber!, si es mentira. Me estoy deshaciendo aquí, entre sus manos, estas manos dentro de mi ropa, sin ninguna preparación. Ud. me lleva al piso, que igual fuera el cielo mismo que me imaginé desde siempre, murmurando mis frases, mis primeros experimentos de lenguaje... Pero me dice que no hable, que prefiere leerme, porque mi voz es demasiado ronca para tanta palabra. Y yo, me dejo caer dentro suyo, me olvido de todo y soy consecuente con el calor que me llena los huesos elevándome para desarmarle la cara, besando su cara hasta aprendérmelo entero, llorando un poco también. Pero Ud. no me escucha, se queda como lejos sonriendo, me lastima una y otra vez con su risa, declamando mis palabras, desacreditando el origen de cada una de ella, frente a mí, más desnuda que nunca en este delantal abierto, mucho más sola que cuando no sabía escribir ni ponerle nombre a estas cosas.

 


Para amarte mejor
Carolina Rivas
(cuentos)
Editorial Mosquito Comunicaciones
Impreso en Chile. 1990

 

 

 
 

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letras.s5.com , proyecto patrimonio, CAROLINA RIVAS: de "Para amarte mejor" Cuentos. 1990.

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