El Catecismo
de los Duros
por Patricia Espinosa
.....
No es nuevo que muchos autores en este país hayan derivado de
la consigna a
un tipo de mensaje caracterizado por un puritanismo rudo o
envilecido con
el cual critican, mediante el humor, estilos de vida y valores de la
sociedad de consumo.
..... Hernán Rivera pertenece a
la ya prehistórica raza de los narradores que se ufanan de no pertenecer al
mundo burgués,
lo que lo ha llevado a construir una versión nativa de Bukowski,
atemperado con Cortázar y vuelto a sofreír con Marlon Brando. Donde
mueren los valientes, su última publicación, es un cóctel
de relatos en el que complicadamente se mezclan la pseudo suciedad o
choreza, con la magia y un gentil ánimo catequizador.
..... Predominan en este libro
cuentos muy breves, que no exceden las dos páginas e incluso el par de
líneas, donde lo principal es el remate pastoral en los finales. Estilo
similar al de
muchos contadores de chistes que sólo salvan la historia con el
desenlace. A pesar de esto, dos textos claves en este volumen, aunque de
mucho mayor extensión y que no por casualidad abren y
cierran el libro son ante el "Por favor Brando, no te hagas
nunca famoso" y "Lentes oscuros/gafas
ahumadas".
Narraciones que muestran a cabalidad la perspectiva
que siempre acompaña al narrador de este libro y que
coincide con la del malevo y recio Brando Taverna. Un tipo
duro, durísimo, que lógicamente las rubias tipo Barbie caen
rendidas. En "Lentes oscuros...", las arremetidas de la entrepierna de Brando
lo llevan a
perpetrar un difícil recorrido por una sala de conferencias sólo con
el fin de rozar las nalgas deseosas de una hembra. Rivera alterna
la ardorosa situación con una crítica extremadamente
estereotipada al establishment literario, representado por la
falsa superioridad de un escritor santiaguino que en una
librería nortina realiza su performance de superstar. Pero si de
criticar se trata, destaca "El publicista". Un relato que parece
desesperadamente sacado del baúl de la abuelita, en donde se cuestiona
a un individuo atrapado por el mercado. Los objetos o marcas
que va usando
el personaje, muestran tal efecto de añejo que se desarma toda la ironía
de la historia. Pensemos desde qué año dejó de ser high
el Renault Fuego, el desodorante Lancaster o los zapatos
Gino. Rivera aborda lo masculino como una potencia superior,
desdoblada en su
carácter de seductor y artista. Una ricura de tomo y lomo, a la que de
ningún modo podría pedirse más. Aunque también sabe
ponerse serio, por supuesto siempre desde la emoción,
para abordar la soledad de un anciano, el mundo de la
construcción donde un obrero hiperidealizado lee a Joyce
y la mítica figura de Carlitos Chaplin transfigurado en
ángel.
..... Dentro de los mejores
relatos del libro está "De noche y boca arriba". Una especie de remake
de textos cortazarianos, en que se intersecta una historia de amor
con el terrible instante presente donde un hombre es torturado. Rivera
se desprende de su forzado barroquismo para surgir con un lenguaje más
desnudo y depurado y no por ello menos intenso. "Réquiem
para un perseguidor" es, por otra parte, quizás lo mejor
del libro, un tremendo juego negro, en primera persona,
en torno a la doble y enloquecida situación de un individuo que se
persigue y a la vez es perseguido.
..... Queda extremadamente claro
que Rivera quiere hacer literatura. La literatura es hoy casi ciento
por ciento estrategia; entonces, ¿cuál sería el problema de tal
opción? Dejarse llevar por un pequeño set de ídolos literarios,
por un
estrecho modelo de cuento y, principalmente, por rocoquear sus relatos
con prédica e ironía. En una época donde las editoriales
profitan más de los posers literarios que de sus talentos, Rivera
ha logrado dar tanto con una imagen atractiva para los
periódicos, como con una escritura bárbara y remitificadora del
universo nortino. Sin embargo, en el terreno del cuento, se muestra blando y
débil. Donde
mueren los valientes es un texto en que el talento parece eclipsado
por las urgencias de producción.
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Disparejo en
demasía, revela un evidente tanteo de fórmulas de arranque y temáticas
enjundiosas, rasgos preferenciales de quien comienza y no de un autor
que ha logrado
hacerse de lectores.
en El Metropolitano 27
febrero 2000