PRELUDIO
Después,
después el viento entre dos cimas,
y el hermano alacrán que se
encabrita,
y las mareas rojas sobre el día.
Voraz volcán: el
nimbo pasaremos.
El buitre morirá: laxo castigo.
Después,
después el grito entre dos víboras.
Después la noche que no
conocemos
y extendido en lo nunca un solo cuerpo
callado
como luz. Después el viento.
PAGANO
Mas otras
voces hablan a otras voces.
Mas otros ríos bañan a otros
hombres.
Y yo estoy lejos, sumamente lejos.
Ulula el
huracán entre los montes.
Grita el torrente con revueltos
bronces.
Y yo en lo lejos permanezco ajeno.
Páramo de
otros nombres, otros nombres.
Otra febril majada, otro
deshoje.
Sobre mi lejanía el aguacero
....................vierte sus cuencas como
viejos odres.
...................................Allá en
los corredores
de la lejana casa mía se oye
la panoja de
trínos de otro entonces,
.....................y entre los cobertores
de mi huesa, rumores de otros dioses.
..............................II
Para mí todo
el año es otoño:
¿Cuándo, dioses, empieza el invierno?
¿Es
otrora la nueva jornada?
Al raer, desvelado, las eras,
he
gustado los mismos sabores
que aprendí en las escuelas del
sueño.
Para mí todo el día es crepúsculo:
¿Cuando, dioses,
empieza la noche?
.........................III
Penetré entre
los dioses: ese no era mi sitio.
En el arduo retiro, desde los
miradores
alocados de espacio, tranquilos de
blancura,
derroté mis efigies. Los límites sin
límites
pestañearon, sufrieron, se pararon. Los ví
como
muros erguidos sobre mis torreones.
SPHAERA
..........................IX
CANCIÓN DE CUNA
......................Funerales
... Con trapitos
de musgo, cariño mío,
te envolveré. Haga tuto mi niño
lindo.
Te envolveré bien, hijo,
con esmeraldas y halos
alabastrinos,
y a tus manitas cubriré, cariño mío,
con
gusanos bonitos.
Haga tuto mi niño, niño podrido.
(Cuídate,
aliento mío, por allá abajo.
Adiós, aliento mío.)
Tranquilo, que
te acompaño.
Muy luego con babero de barro:
niño
violaceo.
Duérmete para
siempre, mi lucerito.
Ciérrense tus ojitos, mi
lucerito.
Ciérralos para siempre, niño podrido.
(Cuídate,
aliento mío, corazoncito.
Aliento mío, aliento mío.)
Con pañales de
hormigas, afán chiquito,
te abrigaré el potito, cariño
mío.
Duérmete para siempre, mi niño lindo.
Duérmete,
hijo
Hazle caso a tu Nana: ¡duérmete, hijo!
CONTINUO EXTASIS
..............................XV
... No es el
cuerpo de Dios lo que medito,
ni su faz de misterio lo que
muerdo:
es radiante venero lo que agito
y beso fuertemente y
gano y pierdo.
Este fulgor
azul se me resiste,
pero por mi espadaña se resbala;
cuando
ya asido, entre mi fronda embiste:
a dentelladas se me vuelve
ala.
Sigo y persigo la llama divina.
Me ahogo siempre en
agua divina.
Ciego me ciego de cumbre divina...
........................XIX
... Era yo Dios y
caminaba sin saberlo.
Eras oh tú, mi huerto, Dios y yo te
amaba.
Qué de palpar
las cúpulas nombrándote,
hundiéndome en los palios del
espacio,
zanjándote y orando,
acudiendo hacia tus
tempestades.
Mi signo era: ¿te escondes o me escondo?
En
largos funerales oyendo tus sandalias,
lamiendo y sollozándote,
pero con vastedad.
Qué de palpar las cúpulas
nombrándote.
Era yo Dios y
caminaba sin saberlo.
Eras oh tú, mi huerto, Dios y yo te
amaba.
SARCASMO
........................XXIV
Dios pasa
siempre resfriado: ¿tendrá temperatura?
El mundo es una
lágrima.
Me desgarra y estruja
una lágrima que no quiere
salir
a verter su aleluya.
Dios pasa siempre despiadado:
¿tendrá lóbrega ruta?
El mundo es una lágrima
que me duele
la sangre
y las uñas.
continúa >