Si digo: "Mi cama me
consolará,
compartirá mi lecho mis lamentos",
con sueños
entonces tú me espantas,
me sobresaltas con visiones.
Job
7, 13
I
Cambió en mi cama tu olor
de mujer
por el extracto de mi osamenta
Puedo oler el hato de
mis huesos
cobijados entre las sábanas.
II
Trato de construir una
morada
en medio de las cenizas
Levanto muros empapelados con
ordinariez
Apenas respiro en esta habitación inhóspita
donde
todo lo impregna un olor
de aceite humano.
III
En los muros desolados de
un departamento
de taxidermia
la foto solitaria de la
hija
y la carcoma consumiendo los vestigios
de un árbol
familiar hecho astillas.
IV
Con escasa fe empujo las
sombras
de unas ruinas más que evidentes
sin ningún objeto
determinado
salvo ocupar las horas
en que el pensamiento
yerra
de un extremo a otro de la mente
como un mecanismo
estropeado.
VII
Tú que levantas una densa
niebla en pleno mediodía
dónde te escondes, sombra vana, melodía
trivial,
arena movediza.
VIII
Resisto unos pocos
días
a veces hasta una o dos semanas
pero vuelvo a recurrir a
tu droga
al efecto ilusorio de tu voz
en el aparato
telefónico
Me administro otra dosis de ti y me alucina
el paso
imaginario de tu carro por la vía pública.
XI
He aquí los restos del
desorden
con que tu cuerpo se retira de mi alcance
Tengo entre
los dedos tenazas de mi mente
un cuello pálido semejante en todo
a tu cuello
Mis yemas se deslizan por esa pendiente por esa
llaga viva.
DESPOJAMIENTO
Aunque me lave con
jabón,
y limpie mis manos con lejía,
tú me hundes en el
lodo,
y mis propios vestidos tienen horror de mí.
Job 9,
30
I
Estoy desnudo ante el
espejo de mi mente quebradiza
Silentes nubes de tormenta cubren
el cielo a jirones
como abandonadas cartas de tarot
Me pregunto quién soy:
¿el loco, el lunático, el colgado?
II
¿Dónde quedó mi fervor
por la palabra,
en qué cajón del mueble de mi cuerpo, debajo de
qué ropas?
Réstame una sola
muda
en mi extrema escasez indumentaria.
III
Aún tengo un
quehacer:
deshilvanar imágenes, descoser, remendar y
zurcir,
pegar un botón como un grito, añadir otro parche
a mi
estropeado traje de bautismo.
VI
Visualizo un
revólver
Ahora parece un crucifijo
Me lo pongo en la
boca
Ahora parece un Padrenuestro.
VIII
Aténme bien atado
a la
cordillera de los males
la nieve me sabe amarga
el mar me sabe
a sangre
Todo lo que pido es un
lugar en la tierra,
el cielo está ocupado.
IX
Zanjo en mi tierra
interior
la sola fosa de mi último lecho:
cavo en la oscuridad sudo
sangre.
X
Llego al convencimiento
de mi total nulidad
Reclamo mi derecho a la cruz único
asidero.
XI
Peregrino chileno,
la
oración me asalta en plena calle:
Señor Jesucristo, hijo de
David
ten piedad de mí.