III Antecedentes: Estructuralismo checo
Es
preciso entonces, recordar también el estructuralismo del checo.
Mukarovsky definió la estructura como "equilibrio inestable de
relaciones".
Luego agrega:
La noción de estructura … está
fundada sobre la unificación interior del todo por medio de las
relaciones recíprocas entre los elementos de aquélla; y esas
relaciones no solamente son positivas - concordancias y armonías -,
sino también negativas -oposiciones y contradicciones -: la noción de
estructura está por consiguiente, inseparablemente ligada con el
pensamiento dialéctico
Las relaciones entre los elementos,
precisamente por ser dialécticas, no pueden ser deducidas de la noción
del todo; el todo en relación ellas, no es prius, sino posterius; el
develamiento de estas relaciones no es, pues, asunto de la
especulación abstracta, sino de la empiria. El materialismo
gnoseológico constituye, en consecuencia, la segunda cualidad sencial
del pensamiento estructural.[6]
Por lo
tanto, este pensamiento estructural …:
Define a veces la
estructura como un todo cuyos elementos; por el hecho de entrar en él,
revisten un carácter especial. Se dice: el todo es más que la suma de
los elementos que lo componen. Pero del punto de vista del concepto de
la estructura, esta definición es demasiado amplia, porque ella
comprende no solamente las estructuras propiamente dichas, sino
también, por ejemplo, las 'formas' (Gestalten); de las cuales se ocupa
la Gestalpsychilogie. Es por eso que subrayamos en el concepto de la
estructura artística un rasgo más especial que la simple interrelación
entre el todo y sus elementos. Consideramos como realidad específica
de la estructura en el arte, las relaciones recíprocas entre sus
elementos: relaciones dinámicas por su esencia misma. Según nuestra
concepción, no se puede calificar de estructura sino el conjunto de
elementos cuyo equilibrio interior se rompe y se restablece sin cesar,
y cuya unidad aparece, por consiguiente, como una red de
contradicciones dialécticas.[7]
Pues
bien, con Jan Mukarovsky, se aclara el concepto de estructura y
por ello mismo, el panorama histórico que se revisaba.
Desde aquí
en adelante, entonces, se puede apreciar la evolución y la
concretización de tal ciencia literaria.
A esto se debe, pues, el
esbozo de un estudio semiológico del arte que hace Mukarovsky[8] en el cual toda obra de
arte es un signo autónomo compuesto:
1.De
una "obra cosa" que funciona como símbolo sensible,
2.De un "objeto
estético", depositado en la conciencia colectiva, y que funciona como
significación.
3.De una relación con la cosa significada.
De
tal manera que, la obra de arte es al mismo tiempo signo, estructura y
valor. Y en tanto signo, sirve como intermediaria entre "lo que es y
lo que está en lugar de otro".
Ahora la obra literaria
concebida como signo, no debe perder de vista su carácter de
estructura. Por el mismo hecho de serlo, constituye una estructura
bifásica[9]: un símbolo sensible
obra-cosa y una significación: objeto estético depositado en la
conciencia colectiva. Es decir, es un " signo mediador entre el
artista y el receptor", razón por la cual existe cada vez más, una
mayor aproximación estética y lingüística, ya que esta última se
considera como " ciencia de la clase fundamental de signos, del
lenguaje humano"[10]. De hecho, desde la
perspectiva lingüística, la estética estructural se basa en los
trabajos de Saussure y la escuela de Ginebra, Mathesius y el más
grande lingüísta checo, Zubaty, entre
otros.
IV.Estructuralismo: una descripción textual
ideal
Cabe recordar que tanto el "estructuralismo" como el
"recepcionismo" han intentado alcanzar la "descripción textual ideal"
y ésta, no es más perfecta e ideal que en la lectura[11]. Es decir, el
estructuralismo desecha tanto al objeto real como al sujeto humano[12] y sólo queda entre ellos
un sistema de reglas[13]:
El estructuralismo desechó
simultáneamente el objeto real y el sujeto humano. Este movimiento
doble define el proyecto estructuralista. La obra ni se refiere a un
objeto ni es expresión de un sujeto individual; ambos son descartados,
y sólo queda entre ellos, en el aire que las separa, un sistemade
reglas.[14]
Por lo tanto si sólo se
piensa que un texto, que una lectura se puede reducir solamente a la
descripción de este sistema propiamente dicho[15], se está nada más
lejos, pues, el estructuralismo se transforma así en "antihumanista"[16], vale decir, se
convierte en un objeto caulquiera, que no necesita más que la sola
aplicación de unas reglas o método para saber de él, sin embargo, lo
que se logra saber no es más que el funcionamiento interno de éste y
no su conexión con el todo del proceso y no solamente del producto.
O sea:
El estructuralismo podía estudiar detalladamente ese
producto, pero se negó a estudiar las condiciones materiales de su
elaboración, pues esto podría significar que se rendía al mito que
acepta un "origen". No hubo muchos estructuralistas a quienes
preocupase la forma en que realmente se consumía el producto; ni
lo que en verdad sucede cuando la gente lee obras de literatura; ni el
papel que esas obras desempeñan en el conjunto de las relaciones
sociales.[17]
Por último, si los críticos
tradicionales constituían una élite espiritual, los estructuralistas
parecían integrar una élite científica, de toda clase de conocimiento
s esotéricos muy alejados del lector "común y corriente".[18]
Y por otro lado, configura
un "lector ideal" que debería estar al tanto, con los conocimientos
técnicos esenciales para descifrar todo tipo de obra, por cierto, no
es posible, ya que:
Si el modelo se llevaba
hasta el extremo el lector tendría que ser apátrida, no pertenecer a
ninguna clase social, no haber sido engendrado, estar libre de
características étnicas y de prejuicios culturales coartantes.[19]
En tales circunstancias, el
ejemplo más preclaro del estructuralismo es Barthes, especialmente, el
de los "Elementos de Semiología"[20] y por sobre todo, "La
Actividad Estructuralista"[21], que se inicia
precisamente con la pregunta ¿Qué es el estructuralismo? [pregunta que
también se hará Todorov.]. "No es una escuela ni siquiera un
movimiento", es lo primero que dice Barthes.
¿Qué es el estructuralismo?
No es una escuela ni siquiera un movimiento(al menos todavía no), pues
la mayoría de los autores que suelen asociarse a ese término distan
mucho de sentirse ligados entre sí por una solidaridad de doctrina o
de combate. Apenas es un léxico: estructura es un término ya antiguo (
de origen anatómico o gramático), hoy muy usado: todas las ciencias
sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la palabra no puede
distinguir a nadie, a no ser que se polemice sobre el contenido que se
le da; funciones, formas, signos y significaciones no son mucho
más pertinentes.[22]Luego
agrega:
Sin duda hay que remontarse
a emparejamientos como los de significante - significado y
sincronía - diacronía para aproximarse a lo que distingue el
estructuralismo de otros modos de pensamiento; el primero porque
remite al modelo lingüístico, de origen saussoriano, y que al
lado de la economía, la lingüística es, en el estado actual de las
cosas, la ciencia misma de la estructura; el segundo, de un modo más
decisivo, porque parece implicar una cierta revisión de la noción de
historia, en la medida que la idea de sincronía ( a pesar de que en
Saussure este sea un concepto, sobre todo operatorio) acredita una
cierta inmovilización del tiempo, y en que la diacronía tiende a
representar el proceso histórico como una pura sucesión de formas;
reste último emparejamiento es tanto o más distintivo cuanto
parece que la principal resistencia al estructuralismo sea hoy de
origen marxista ( y no de estructura); de todos modos es probablemente
el recurso serio al léxico de la significación ( y no a la palabra
misma, que, parodógicamente, no es nada distintiva), en el que hay que
ver en definitiva el signo hablado del estructuralismo: si vigilamos a
quien emplee significante y significado, sincronía y diacronía,
sabremos si la visión estructuralista está constituida.[23]
"Puede decirse, pues, que
en relación contodos sus usuarios. El estructuralismo es esencialmente
una actividad" - dice Barthes . También
señala:
El objetivo de toda
actividad estructuralista, tanto si es reflexiva como poética, es
reconstruir un "objeto", de modo que en esta reconstrucción se
manifiesten las reglas (las "funciones") de este objeto. La estructura
es pues, en el fondo, un simulacro del objeto, pero u simulacro
dirigido, interesado, puesto que el objeto que el objeto imitado hace
aparecer algo que permanecía invisible, o, si se refiere así,
ininteligible en el objeto natural. El hombre estructural toma lo
real, lo descompone y luego vuelve a recomponerlo; en apariencia es
muy poca cosa (…). Sin embargo, desde otro punto de vista, esta cosa
es decisiva; pues entre los dos objetos o los dos tiempos de la
actividad estructuralista, se produce algo nuevo, y esto nuevo
es nada menos que lo inteligible general: el simulacro es el intelecto
añadido al objeto, y esa adición tiene un valor antropológico, porque
es el hombre mismo, su historia, su situación, su libertad y la
resistencia misma que la naturaleza opone a su espíritu.[24]
Pues bien, he aquí entonces
el deslinde del estructuralismo: una explicación textual u objetual
ideal.
V. Hermenéutica, Fenomenología y Teoría de la
Recepción.
Según Eagleton(98), la Hermenéutica Fenomenológica ha de ser
estudiada mediante tres factores: la Fenomenología, la Hermenéutica y
la Teoría de la Recepción.
Para el primer elemento
establece una base teórica en Husserl, luego para el segundo en
Heidegger, Gadamer y Hirsch, y para la tercera, revisa a los pilares
de la recepción: Ingarden, Iser y Fish.[25]
Con estos autores entonces
sienta los orígenes de la Teoría de la Recepción. Y por consiguiente
se obtiene una visión historisista bastante clara, pero no suficiente,
pues ha olvidado revisar por ejemplo a Schleiermacher, fundador de la
hermenéutica general, antecesor de Heidegger y sostiene al
respecto, afirmando explícitamente, la unidad entre ambas
disciplinas[26]. Tampoco vincula la
herencia rabínica ni la poética sanscrita, las que usaría precisamente
Todorov[27] para fortalecer su
estrategia de la interpretación. Como tampoco revisa antecedentes
fundamentales para la Teoría de la Recepción: La lingüística, y la
sociológica.[28]
En el nuevo método de
crítica literaria participan principalmente tres corrientes: una
lingüística, otra hermenéutica y la sociológica.[29]
Para la primera corriente,
la profesora López, señala la influencia de la Escuela de Praga,
especialmente Mukarovsky y Vodicka. El primero, distingue dos aspectos
en la obra literaria: por un lado, su aspecto material de artefacto
invariable; y semántico; su aspecto de objeto estético, variable
en la conciencia colectiva, según las experiencias literarias de ésta.
Dice Mukarovsky:
En la historia y teoría de
la literatura y del arte, por ejemplo, no sólo se debe tener en cuenta
la forma interna artística y su desarrollo como una estructura, sino
también la relación de esta estructura con otros fenómenos, sobre todo
aquellos de contenido psicológico y social … Todo cambio en la
estructura artística es motivado de alguna manera desde exterior … sin
embargo, la relación entre arte y sociedad no es mecánico-casual. Ni
siquiera el contacto propiamente dicho entre arte y sociedad es
inmediato, sino que se realiza, como ya se ha dicho, por mediación del
público.[30] Y para el segundo - dice
Berta López :
También Vodicka pretende
establecer las relaciones entre la obra literaria y la realidad, entre
el objeto y su receptor. Las tareas de la crítica literaria según el
análisis de la obra literaria en su contexto histórico (normas y
valores de su época, etc.) y su eco en épocas posteriores.[31]
Para la segunda corriente,
la hermenéutica, no hay gran diferencia con el análisis que hace
Eagleton.
Para la tercera, la
profesora López, revisa los estudios de Schüking y Escarpit y por otra
línea a Lukács, refiriendo de esta manera, entonces, a la corriente
sociológica.
Schüking por su parte,
aporta estímulos precursores a través de su obra "El gusto literario"
(1931). Investigó la relación entre la obra literaria y determinados
grupos sociales, la relación entre cambios socio-históricos y los
respectivos cambios literarios sobre el fondo de las normas estéticas,
dependientes de ciertos grupos sociales.
Escarpit en Sociología de
la Literatura,( 1958) y Sartre y su modelo de la literatura "engagée",
no sólo analiza la función de la literatura en la sociedad, sino
también el problema de establecer el significado de la obra literaria:
"Un pacto de generosidad" entre autor y lector como proceso
correlativo a la escritura - dice Sartre -.
Manuel Jofré en
Teoría Literaria y Semiótica (1990) también aduce:
Al respecto, ha dicho
Sartre que se le deja al lector con todo por hacer, y sin embargo, ya
todo ha sido hecho; la obra existe solamente en el nivel de las
habilidades del lector, y cuando él lee y crea, él sabe que siempre
puede ir más allá en su lectura, y que siempre podrá crear más
profundamente; y esta es la razón por la cual la obra aparece ante él
tan inexhaustiva e inpenetrable como un objeto.[32]
Para Sartre, entonces, el
lector es co-autor, co-productor de significado.
Finalmente, se
sobreentiende la importancia crítica socialista de Lukács y sus
discípulos, y de la obra " Pour una sciologie du roman" (1964) de
Lucien Goldmann, su idea de relacionar "la forma novelesca misma y la
estructura del medio social en cuyo interior se ha desarrollado", la
homología entre vida social y obra literaria.
Los críticos de la
corriente sociológica de la Teoría de la Recepción se proponen
contestar principalmente a las siguientes cuestiones - dice López
:
-
¿Cómo se "recibe" una determinada literatura ( o tipo de literatura)
en un determinado público ( o grupos sociales) a través de diferentes
épocas históricas?
- ¿Cuál es la reacción
que produces críticas, etc., en obras posteriores del mismo autor?[33]
En su modelo
sociológicamente fundado, se debe analizar el "horizonte de
expectativa" según sus clases sociales, formación cultural, diferencia
de edad, sexo, religión, etc.. Se acerca el método en este momento a
la investigación de la comunicación de masas.[34]
Más adelante añade: "Los
críticos de Alemania Oriental, Manfred Naumann y Robert Weimann, a
pesar de que desarrollan este mismo modelo, lo rechazan por su
carácter burgués":
Según Weimann no existe
ninguna discrepancia entre el momento de la escritura y el de la
recepción, puesto que los dos son denominados por la misma ley del
proceso histórico (…). Según esta teoría el objeto del crítico tiene
que ser la reconstrucción de esta relación entre base y
superestructura y el descubrimiento de su interdependencia.[35]
Respecto de la Teoría de la
Recepción, cabe destacar que sus orígenes surgen de la Escuela de
Praga, antes que de "Konstanzer Schule", por lo tanto, sus
influencias, o sus antecedentes, por lo menos, son abiertamente
formalistas, situación que ya sugiere Manuel Jofré:
Las posibilidades del
análisis formalista son sopesadas en relación a la crítica
hermenéutica en Interpretation of Narrative, editado y publicado en
1978 por Mario Valdés y Owen J. Miller, y cuyos artículos proceden de
una conferencia realizada en la Universidad de Toronto en 1976.
(…) por lo menos otros cuatro de los quince artículos intentan
correlacionar el formalismo con la hermenéutica, como modo de hacer
converger las aproximaciones que se basan en el texto con las
aproximaciones que se sustentan en el rol del lector.[36]
VI. Herencia
formalista
El profesor Jofré se
refiere a Todorov como uno de los que asume la herencia formalista,
aunque el juicio es sobre la obra: "Poética" (1971)
:
También asume la herencia
formalista eslava el libro Poetique de la prose de
Tveztan Todorov, publicado en París, Seuil, 1971. 253p. Un libro
equilibrado, entre la especulación teórica y los análisis prácticos.
Es la herencia metodológica del formalismo la que asume en el ensayo
inicial ( o final en otras versiones) titulado "La herencia
metodológica del formalismo"[37]
Hay que reconocer, además,
que si bien es cierto, Todorov, inicia su andar formalista, también es
cierto que, al parecer, es el único formalista que concretiza tal
tradición y que se vuelca al futuro a través del análisis del texto,
pero desde el discurso y por lo tanto desde la interpretación, puesto
que, "al relativizarse nuestra percepción de la realidad, el hombre
percibe que él no es un descubridor sino, más bien, un
intérprete"[38]
Se hace necesario, también,
recordar algunos parámetors del formalismo ruso, como por ejemplo la
dicotomía forma-fondo, los que fueron sustituidos por un concepto más
dinámico, pues la obra es una totalidad dinámica, cuyos elementos no
están ligados por un signo de igualdad y de adición, sino por un signo
dinámico de correlación y de integración. Otros son los propios
participantes, tales como:
- Vinogradov: La
estilística debe ser un estudio funcional e inmanente de las obras,
pero no es disociable e los problemas de la historia y del cambio
literario.
- Además sugiere que el estilo de un artista
lioterario podía y debía examinarse no sólo en términos "intrínsecos",
sino también en relación con modos no poéticos del discurso:
a)
Contexto de las formas artísticas del lenguaje literario.
b) El
contexto de los sistemas lingüísticos sociales que pueden percibirse
dentro del lenguaje hablado y escrito de las clases educadas.
-
Tynjanov: El concepto fundamental para el estudio de la evolución
literaria es el de sustitución de sistema. Tanto la obra literaria
como la literatura constituyen un sistema, es decir, un conjunto de
entidades organizadas que mantienen entre sí relaciones de
interdependencia y que se ordenan a la cosecución de una
finalidad determinada: cada elemento entra en correlación con los
demás elementos del mismo sistema y por consiguiente, con el sistema
entero.
- Un hecho literario se
define por su cualidad diferencial en relación con otros hechos de
la serie literaria o series extraliterarias, es decir, se define
por su función, y por tanto, para reconocer la naturaleza y la función
de un hecho literario se impone el conocimiento previo de la serie
literaria y de las serie extraliterarias.
- La comprensión de una obra
es imposible sin el conocimiento de la evolución y de la historia
literaria.
-Ejxenbaum, situado en el plano semántico, señala :"
en el lenguaje poético, la palabra se traslada a una nueva atmósfera
semántica, pues deja de ser comprendida en relación con la lengua
general para ser entendida en relación con lalengua poética" [ o
¿discurso?].
-También formula el concepto de "Unidad Teleológica" como
recursos articulados en un efecto estético.
-Desarrolla además
el término "Gestaltqualität como impacto en la verbosidad
(sintaxis).
Pues bien, como se logra apreciar ya, se sugiere,
entonces, una nueva lectura de Todorov, especialmente en sus obras
"Poética" y "Simbolismo e Interpretación"; en ambas, se hallan gran
parte de los elementos esquematizados por el profesor Jofré en el
Curso de Semiótica: Desde el "Signo al Lector" (2002) en dos de sus
apuntes: TEORÍA DE LA RECEPCIÓN I y TEORÍA DE LA RECEPCIÓN II, los que
se relacionarán, por ahora, sólo de modo general, puesto que el
espacio necesario para este análisis ha de ser un
mayor.
VII.Todorov: una convergencia
En POÉTICA:(Edición 1975,
Editorial LOSADA S.A.. Bs. As.. Arg.) Todorov, también responde a la
pregunta ¿Qué es el estructuralismo? Y lo hace desde la obra citada:
"¿Qué es el estructuralismo?.
En primer término lo hace a
través de una "Nota sobre la presente edición" (1973):
El
siguiente texto difiere bastante del escrito en 1967, que figuraba con
igual título en el volumen colectivo ¿Qué es el
estructuralismo? Esto obedece a una doble razón: actualmente el
campo de la poética ya no es lo era hace seis años, y yo mismo no
siempre lo sigo enfocando de la misma manera. Pero un texto totalmente
nuevo no podría integrarse ya a nuestro proyecto inicial. Por
consiguiente, he reservado la intención general y el marco de la
primera versión, así como cierto análisis y ejemplos, modificando sin
embargo la exposición cada vez que fue necesario para dar cuenta del
estado actual de la poética.
Tzvetan Todorov. Mayo
1973.
Tal vez, aún no es visible lo que se quiere
plantear, pero en la misma se subrayar:
…actualmente el campo de la
poética ya no es lo que era hace seis años, y yo mismo no
siempre lo sigo enfocando de la misma manera.
Por lo tanto él, ya es
post-estructural y a partir de la descontrucción del término
"interpretación":
La interpretación -
denominada también a veces exégesis, comentario, explicación del
texto, lectura, análisis o incluso simplemente crítica
(esta enumeración no significa que sea imposible distinguir o incluso
contraponer algunos de estos términos) - se define, en el sentido que
aquí le damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar
el sentido del texto examinado. Este objetivo determina de una
sola vez, su ideal - que consiste en hacer hablar al texto mismo; con
otras palabras: se trata de fidelidad al objeto, al otro. Y por
consiguiente a la desaparición del sujeto [estructuralismo puro] - y
su drama, que consiste en no poder alcanzar nunca el sentido
sino únicamente un sentido, sometido a las contingencias
históricas y psicológicas. Ideal y drama que se serán modulados a lo
largo de toda la historia del comentario, la que a su vez es
coextensiva a la historia de la humanidad. [recepcionismo,
participación del sujeto histórico].[39]
Pero todo esto se ratifica
más adelante…
En efecto: interpretar una
obra, literaria o no, por sí misma, sin abandonarla ni por un
instante, sin proyectarla fuera de sí misma, esto en cierto sentido es
imposible. O más bien: tal tarea es posible, pero en ese caso la
descripción es una mera repetición, palabra por palabra, de la obra
misma. Se apega tanto a las formas de la obra que ambas sólo forman
una unidad. Y, en cierto sentido, toda obra constituye de por sí
la mayor descripción de sí misma.[40]
Y termina (la
descontrucción) de la siguiente manera:
Lo que más se
aproxima a esta descripción ideal, pero invisible, es la simple
lectura, en la medida en que ésta no es más que una manifestación de
la obra. Sin embargo, el proceso de lectura no deja de implicar ya
ciertas consecuencias: dos lecturas de un libro nunca son idénticas.
Al leer se traza una lectura pasiva; se agrega y se suprime en el
texto leído aquello que se quiere o no encontrar en él; desde el
momento en que existe un lector, la lectura ya no es inmanente.
["Broche de oro" de la desconstrucción: desde que existe un lector la
lectura ya no es inmanente.][41].
En SIMBOLISMO E
INTERPRETACIÓN.
En primer lugar se debe
rescatar el epígrafe o intertextotualidad que usa
Todorov:
Es tan mortal para el
espíritu tener un sistema como no tenerlo. Debe, por consiguiente,
decidirse a reunir los dos.
Friedrich
Schlegel.
Y en segundo lugar, lo que
el mismo dice al respecto ( de esta unión):
Yo quisiere plantear, en
efecto, la solidaridad de lo simbólico y de la interpretación
(…) los cuales, en mi opinión, no son más que dos vertientes,
producción y recepción, de un mismo fenómeno. En consecuencia, pienso
que su estudio aislado no es deseable, y ni siquiera posible. Un
texto, o un discurso, se hace simbólico desde el momento en que,
mediante un trabajo de interpretación, le descubrimos un sentido
directo.[42]
Luego, más adelante se
introduce de lleno en las posibilidades receptivas:
La producción y la
recepción de los discursos originaron, en el pasado dos disciplinas
diferentes: la retórica y la hermenéutica.[43]
Dos actividades que son
bastante antiguas, pero que tuvieron que adaptarse, evoluvionando y
especialmente a partir de los formalistas que removieron todo y que
luego entre huída y refugio, tiende a las claridades evolutivas, tanto
del productor como del receptor (realidades ya esbozadas en las
secciones anteriores):
Mi exposición de divide en
dos partes [dice Todorov], Simbolica del lenguaje y Estrategias de
la interpretación (…) en función de dos niveles: el de la
teoría general, que intenta dar cuenta de todas las
posibilidades, y el de la estrategia particular, de producción
o de recepción (aun cuando yo haga hincapié sobre todo en esta
última).[44]
Luego
agrega:
El campo de lo
interpretable siempre corre el riesgo de extenderse. En estas
expansiones se justifican, en lo que concierne a la interpretación,
por referencia a un marco ideológico y, respecto a la
producción, por la sumisión a un género, que no es otra cosa
(…) que un contrato establecido entre el autor y el lector y que
determina precisamente el modo de lectura a seguir.[45]
A continuación se
presentará unos esquemas, de modo general, del modelo de Todorov y
mostrarán algunos de los rasgos o elementos formalistas, hermenéuticos
y recepcionistas, que van desde la unión de análisis formal con otro
histórico-recepcional, unión de métodos estructuralistas y
hermenéuticos hasta intentos de una nueva estética y una nueva
retórica basadas n el efecto (o desición de interpretar); al igual que
los recepcionistas, por una parte la hermenéutica y por la otra
lingúística y sociedad. Un verdadero "horizonte de expectativa":
normas vigentes para los géneros en determinadas épocas [estructura],
la relación implícita con otras obras literarias contemporáneas y la
oposición entre ficción y realidad, entre función poética y práctica
del lenguaje, la confrontación de la estructura del texto literario
con los modos por los cuales éste puede ser concretizado; cuando el
lector decide, éste reconoce implícitamente la calidad de inagotable
que el texto posee; el texto remite a preconcepciones que se
manifiestan en el acto de la interpretación y muchos otros.[46]
Esquemas:
Finalmente, a modo de
conclusión de esta breve y no terminada investigación [la que
queda abierta, tanto para el ensayista como para otros.]:
El
texto es un todo autónomo, con límites precisables, pero al mismo
tiempo es una obra abierta, en movimiento. Pueden distinguirse en el
texto numerosos niveles: fonemáticos, sintácticos, semánticos,
ideológicos, narrativos, culturales, identificables según y acorde a
los códigos que se utilicen para su decodificación.
Esta nueva noción de texto
y de lectura, vista como una conexión dinámica entre signos e
indeterminaciones, como elementos que se articulan y desarticulan en
un proceso de constante equilibrio inestable, se complementa con la
idea según la cual el texto es activado mediante su puesta en relación
con un sistema significante mayor, es decir, con un discurso
consistente en un sistema mayor de textos jerárquica y dinámicamente
organizado.[47]
CONCLUSIONES:
A. El estructuralismo
desechó simultáneamente el objeto real y el sujeto humano. Este
movimiento doble define el proyecto estructuralista. La obra ni se
refiere a un objeto ni es expresión de un sujeto individual; ambos son
descartados, y sólo queda entre ellos, en el aire que las separa, un
sistema de reglas.
B. El estructuralismo no es
una escuela ni siquiera un movimiento (al menos todavía no), pues la
mayoría de los autores que suelen asociarse a ese término distan mucho
de sentirse ligados entre sí por una solidaridad de doctrina o de
combate. Apenas es un léxico: estructura es un término ya antiguo ( de
origen anatómico o gramático), hoy muy usado: todas las ciencias
sociales recurren abundantemente a él, y el uso de la palabra no puede
distinguir a nadie, a no ser que se polemice sobre el contenido que se
le da; funciones, formas, signos y significaciones no son mucho
más pertinentes.
B. La interpretación -
denominada también a veces exégesis, comentario, explicación del
texto, lectura, análisis o incluso simplemente crítica
(esta enumeración no significa que sea imposible distinguir o incluso
contraponer algunos de estos términos) - se define, en el sentido que
aquí le damos, por aquello a lo que apunta, que consiste en nombrar
el sentido del texto examinado. Este objetivo determina de una
sola vez, su ideal - que consiste en hacer hablar al texto mismo; con
otras palabras: se trata de fidelidad al objeto, al otro. Y por
consiguiente a la desaparición del sujeto [estructuralismo puro] - y
su drama, que consiste en no poder alcanzar nunca el sentido
sino únicamente un sentido, sometido a las contingencias
históricas y psicológicas. Ideal y drama que se serán modulados a lo
largo de toda la historia del comentario, la que a su vez es
coextensiva a la historia de la humanidad. [recepcionismo,
participación del sujeto histórico].
B. El campo de lo
interpretable siempre corre el riesgo de extenderse. En estas
expansiones se justifican, en lo que concierne a la interpretación,
por referencia a un marco ideológico y, respecto a la
producción, por la sumisión a un género, que no es otra cosa
(…) que un contrato establecido entre el autor y el lector y que
determina precisamente el modo de lectura a seguir.
C. Un texto, o un discurso,
se hace simbólico desde el momento en que, mediante un trabajo de
interpretación, le descubrimos un sentido directo. En efecto, la
solidaridad de lo simbólico y de la interpretación (…) los cuales,
no son más que dos vertientes, producción y recepción, de un mismo
fenómeno. En consecuencia, su estudio aislado no es deseable, y ni
siquiera posible.
D. El texto es un todo
autónomo, con límites precisables, pero al mismo tiempo es una obra
abierta, en movimiento. Pueden distinguirse en el texto numerosos
niveles: fonemáticos, sintácticos, semánticos, ideológicos,
narrativos, culturales, identificables según y acorde a los códigos
que se utilicen para su decodificación.
Esta nueva noción de texto
y de lectura, vista como una conexión dinámica entre signos e
indeterminaciones, como elementos que se articulan y desarticulan en
un proceso de constante equilibrio inestable, se complementa con la
idea según la cual el texto es activado mediante su puesta en relación
con un sistema significante mayor, es decir, con un discurso
consistente en un sistema mayor de textos jerárquica y dinámicamente
organizado.
E. La lectura no puede ser
sólo inmanencia, esta es la mirada de Todorov, quién, en su obra
"Poética" y "Simbolismo e Interpretación" hace converger a la
estructura y a la interpretación en un proceso lectural de la
producción y de la recepción como una unidad solidaria entre
ambos.
PROYECCIONES:
A. La lectura ha de ser
siempre un recorrido dentro del espacio del texto; recorrido que no se
ha de limitar, es decir, recorrer el texto siempre como espacio y no
como linealidad.
B. Todo círculo
hermenéutico o receptivo no es equivalente a otro por lo tanto,
también, ha de ser un espacio plural de las interpretaciones, y en la
práctica cada uno sabe que no hay lecturas más fieles que otras, aun
cuando ninguna lo es por completo.
BIBLIOGRAFÍA
BÁSICA:
Todorov. 1975. Todorov, T.
"¿Qué es el estructuralismo?. POÉTICA.". Editorial LOSADA S.A.. Arg.
1975.
Todorov, T. "Simbolismo e Interpretación". Monte Ávila
Editores. Segunda edición.1992.
Jofré,M. 1990.
Jofré, Manuel. "Semiótica y Literatura. Historia de la Semiótica
Actual." Editorial. Universitaria. 1990.
Mukarovsky, Jan. "La obra
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BIBLIOGRAFÍA
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Ferdinad De
Saussure. Curso De Lingüística General. Bueno Aires. Editorial Losada,
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Thomas Sebeok.
Signos: Una Introducción a La Semiótica.
*******************************************************************
[1] Esta introducción tiene la
intención de mostrar una evolución de los elementos esenciales del
estructuralismo formulado por Barthes en "La Actividad
Estructuralista". Para una revisión historiográfica más completa es
necesario revisar a Manuel Jofré: Teoría Literaria y Semiótica.
Editorial Universitaria. Santiago de Chile.1990.
[2]Eco, Umberto. Tratado de
Semiótica General. Introducción; Hacia una Lógica de la cultura. O5.
Límites Naturales: Dos definiciones de Semiótica. Barcelona. Lumen,
quinta edición.2000.
[39] Todorov, T. "¿Qué es el
estructuralismo?. POÉTICA.". Editorial LOSADA S.A.. Arg.
1975.