Volodia Teitelboim
se embarca en biografía de Juan Rulfo
Por Carolina
Andonie Dracos
El Mercurio, 19 de mayo de
2004.
Ayer presentó "Un
soñador del XXI", cuarta y última entrega de
sus memorias "Antes del olvido", donde se aboca a
los
principales hitos del siglo anterior.
A Volodia Teiltelboim, el Premio Nacional de Literatura (2002)
y su dote no lo dejaron estancado en un somnífero letargo.
Por el contrario, este narrador, poeta y ensayista siguió poniéndoles
alma a las letras con "La vida, una suma de historias" (2003),
tercera parte de su autobiografía, "Antes del olvido",
que culminó este año con "Un soñador del
XXI".
Ayer, durante el lanzamiento del volumen, ya estaba dándoles
vueltas a los proyectos que vienen, a la cabeza de los cuales se encuentra
"Juan Rulfo. Mirada de un sudamericano".
Teitelboim conoció al autor de "El llano en llamas"
en México y compartió con él en varias ciudades
del mundo. Una de las grandes virtudes que le atribuye es la humildad:
"Siempre me llamó la atención que un hombre famoso,
situado en la primera línea de la literatura, fuera tan modesto.
Llevo un buen tiempo trabajando en el repaso de su vida, y este año
lo voy a entregar a la editorial (Sudamericana). Rulfo no sólo
representa a México, sino que a América Latina como
totalidad".
El creador de "Pedro Páramo" se sumará al
exquisito grupo estudiado por Teiltelboim: Huidobro, Neruda, Mistral
y Borges. Las biografías de los tres últimos - "Neruda",
"Los dos Borges" y "Pública y secreta"-
fueron compradas por la sede estadounidense de Random House, que sacó
una edición especial para el público hispanoparlante
del país del norte.
Grandes mudanzas
La mente de Volodia Teitelboim es su mejor biblioteca. Por ella desfilan
personajes como Roberto Matta (al que le dedica un capítulo
completo), León Tolstoi, Pablo Picasso, David Alfaro Siqueiros,
Baldomero Lillo o Francisco Coloane.
También en sus recuerdos se dan citan los procesos fundamentales
del siglo XX: "Este tomo enfrenta los grandes problemas colectivos
y las grandes mudanzas que han significado para el mundo. Parte de
un actor modesto, pero que lee el diario y, por lo tanto, puede pronunciarse,
por ejemplo, sobre la guerra de Irak, siempre aspirando a que la vida
tenga cierto sentido superior. Los cuatro libros son una lucha contra
el olvido, en un mundo de amnesias colectivas. Esta autobiografía,
que veo en la línea de un precedente ilustre como puede ser
'En busca de el tiempo perdido', de Marcel Proust, se alimenta de
todos los otros géneros, porque algunas páginas son
un cuento, otras sugieren un capítulo de novela, otras un ensayo
(siempre hay reflexión) o un mea culpa".
Para Teitelboim, "Un soñador del XXI" es un volumen
crítico y autocrítico. "No se trata de una carrera
triunfal, sino más bien de la historia de muchísimas
dificultades".
La caída de Stalin y, más tarde, de la Unión
Soviética, es uno de los temas que aborda detalladamente: "Ahora
evalúo los sucesos como la eterna contradicción entre
los hombres. La de la Unión Soviética fue una revolución
traicionada, porque nació como un proceso democrático.
Los soviets -esa palabra temible- eran los consejos de campesinos,
obreros, marinos e intelectuales, que debían y estuvieron en
las bases de toda Rusia. Cuando Stalin se hizo del poder, eso se fue
apagando y pasó a ser un gobierno burocrático que no
tuvo una base real de contacto y colaboración diaria con el
hombre común. Esto explica por qué esa gigante construcción
se derrumbó como castillo de arena. Sin embargo, aunque fracasen
los hombres y los sistemas, lo que no muere es el sueño mismo,
un régimen de justicia superior con respecto al ser humano".
"En 'Un soñador del XXI' he querido hacer un llamado
a la esperanza, en el entendido de que todos podemos avanzar, pero
eso no lo puede lograr una persona sino la sociedad completa, la conciencia
humana, que en Chile está bastante castigada".
CONTINGENCIA
Pinochet, las Fuerzas Armadas, Salvador Allende, el cardenal Silva
Henríquez y la Caravana de la Muerte forman parte del volumen
final de su tetralogía, pero desde un punto de vista literario,
donde la política "interviene sólo como una forma
de expresión de un escritor que quiere dar sus opiniones".