1
Cada vez que abres la puerta de tu espejo
pasas a una casa llena de estrellas.
Allí nada te contamina ni siquiera la radiación de las galaxias.
Porque el origen de todo no es el Cosmos
sino nuestra propia infancia.
Vuelves a ser la niña de un cuento infantil
con la que yo sueño siempre en esta nave donde vivo.
Y te escribe estos recados que lanzo al universo
en una botella al azar.
Ni el fuego del sol o la expansión abrasadora del Universo
podría quemar estas hojas para ti
ni menos derretir el cristal que las contiene.
2
¿Qué vestirás esta mañana soleada?
¿Un vestido con pájaros y lunares rozados?
¿Una cartera donde van tus lápices de colores?
¿Un monedero lleno de arena?
¿O repleto de cristales?
¿Un paisaje de mentira
¿Una escalera
para subirte a la nave desde donde te miro?
¿O unos zapatos de mil leguas de luz
para caminar hasta la luna ardiente
seguir por la costanera que da al bello océano de luz
saltar mi jardín de astros que cultivo
y robarme la carta en llamas que aún no te envío?
3
Las hermanas se parecen
porque una tiene ojos negros
y la otra los tiene transparentes
una mira las figuras de animales en las nubes
la otra cuenta sus lápices de colores
para dibujar el paso de un cometa
la más pequeña sabe bailar como un papel plateado
en la tranquilidad del Universo
la mayor en tanto se queda apoyada en una ventana
mirando pasar un tren por el espacio:
las dos no se parecen en nada
cuando se abrazan felices
mientras el sol va cayendo
como una moneda de oro gigante
en el baúl del tesoro de su corazón.
4
Me gusta soñar lo que tú también sueñas:
un volantín celeste
dando vueltas muy lejos de la ventana de tu casa
sólo con mover tu mano
el alegre pájaro de ramas y papel
cubrirá plazas, calles y jardines
(es tan rápido como la velocidad de mi propia nave espacial)
siempre alcanzo a sentir desde tan lejanas galaxias
el rumor de su breve libertad en el espacio
amarrada sólo a un hilo frágil baila esa paloma
y en su cola de papel coloreado
sólo tú ves el bello cometa que pasa por tu ventana
avisándote
-tal si fuera el cartero enamorado del universo-
que su bolsa hecha de estrellas
viene cargada de recados para ti.
5
La mayor es larga como una gavilla de trigo
su rostro es redondo como las maravillas
que sólo crecen en las praderas de Venus
cuando la pequeña se ríe las cortinas de su ventana
dejan entrar el cometa más hermoso del Universo
las dos duermen juntas a veces
en ese planeta al que hace siglos no regreso:
por la pantalla puedo escuchar el latido de sus corazones
también oler en milésimas de segundos
una fragancia de flores silvestres creciendo fuera de sus ventanas
y el zumbido cálido de la miel de las abejas del verano
tal si fuera el lenguaje de lejanas civilizaciones
que al fin mi nave logró encontrar.
6
Una vez la más pequeña estuvo en cama
bajaba y subía el mercurio del termómetro
estaba sin moverse mirando al doctor
se escondía debajo de las sábanas
cuando venían a darle la medicina
afuera caía la lluvia helada en el sur de aquel planeta
y se oían las campanas de un tren a vapor
que partía hacia el espacio
después de tres días
la más pequeña saltó como un ciervo de la cama
y el sol la amparó para siempre.
Cuando el tren iba llegando al planeta más cercano
quedó paralizado por alguna extraña
fuerza magnética del universo:
aún suelen los astronautas ver aquel tren oxidado
desde sus ventanales derrumbado para siempre
en los blancos bosques de la luna.
7
Dicen que la mayor cuando camina
se parece a su abuela paterna
su abuela también fue una niña de ojos grandes
quien a los 15 años vino del sur de su país
a trabajar como obrera a la capital
dicen que su madre era una mujer india
y su padre un aventurero de otro país
también le dice a su nieta que de sus propios abuelos
no hay ni fotografías
y que hacia atrás de ella todo es vacío y obscuridad;
después de esa historia
la mayor comenzó a pintar grandes ventanas
para mirar un árbol con una raíz gigante
que salía del papel
y subía hacia las infinitas galaxias
para que yo me tendiera también bajo sus hojas
y dulcemente durmiera
al amparo de su fresca sombra.
8
Una vez las dos hermanas vieron pasar
un tren por la luna
la más pequeña dijo que alguien hacia señas desde dentro
la más grande dijo que no veía a nadie
haciendo señas desde dentro
sin embargo cuando el tren pasó
cerca de su ventana
se veía a un hombre allí sellar una carta
luego la amarraba con un hilo invisible
y ésta entraba convertida en un volantín gigante a su cuarto:
entonces esa noche de invierno se durmieron felices
apoyadas sus cabezas en aquella ventana
mirando asombradas
las maravillas que nos regala el Universo infinito.
9
El oso duerme casi todo el invierno
y no come hasta la primavera
la ardilla trabaja incansablemente juntando bellotas
sube y baja del árbol mil veces al día durante el otoño
comerá semidormida mientras afuera la helada nieve
azotará por meses las puertas de su casa
el gato es un caso aparte porque vive somnoliento todo el año
la gallina se pone un poco tonta en los días fríos
y se entre duerme con facilidad arriba de un palo
los demás pájaros de todas las especies parecen aves moribundas
en las ramas sin hojas y llenas de escarcha
los peces más pequeños suelen pasar drogados
por el cambio de las aguas al lado de los tiburones
y estos peces asesinos chocan entre otros como si no se conocieran:
en los bosques y océanos arrasados por el frío aire del invierno
hay animales que caen en un sueño profundo
o andan sonámbulos por el mundo
como mi solitaria nave blanca por el infinito Universo.
10
La mayor de las dos hermanas dice que ha crecido mucho
los zapatos le quedan estrechos
las camisas ya ni le llegan a la cintura
los pantalones no le entran
sus ojos son más grandes que una ventana normal
podrían caber todas las galaxias en ellos
su pelo es más brillante que la luna en los sueños:
por eso cuando me abraza desde esa infinita distancia
toda la fragancia de la Cordillera de los Andes
entra sonámbula por la ventana de mi nave.
11
La abuela me escribe que cada día sus nietas crecen más
el lunes llegaban hasta casi el umbral de la puerta
el martes la mayor era de su mismo tamaño
el miércoles la más pequeña usaba tacones altos
el jueves la mayor soñaba con estudiar en la universidad
el viernes la menor también soñaba
con lo que soñaba su hermana mayor
el sábado la más grande publicaba clandestinamente
un libro sobre gente desaparecida en el Universo
el domingo la abuela se quedó mejor en su casa
porque el dictador había muerto de viejo
y mucha gente con banderas circulaba libre en las calles
para celebrar el fin de la tiranía
y por eso los buses estarían llenos
y sería imposible ir a visitarlas
para saber si las dos eran tan libres
como siempre lo habían deseado.
12
Una vez la mayor se hizo una herida en un dedo
partiendo un limón
la sangre brotaba obscura como todo su llanto
pero la herida comenzó a cerrarse
y ella escondió su dedo herido en la palma de la mano.
Pasaron semanas sin que quisiera tocar nada
pero cuando le dije que me iba para siempre en una nave espacial
sus dos manos se prendieron como tenazas en mi brazo
ahora ella pinta todo el día en su libro de cuentos
y su dedo está totalmente sano:
aquella herida es un caminito corto, pequeñito, invisible.
13
La abuela vive en una población marginal
un día de la semana van sus nietas a visitarla
ella les hace pan caliente
y las dos se sientan en la puerta a comerlo
ven pasar niños que se quedan mirándolas
iguales que esos huérfanos
en los campos de concentración
abandonados como perros
agarrados a los alambres de púas
las nietas siempre bajan de peso por no comer
aquel día de la semana:
en la nave espacial que por siglos ha estado cerca de ellas
un hombre dentro sabía que sus cartas y recados
siempre habían llegado a la tierra.